Cada uno de nosotros es, sucesivamente, no uno, sino muchos. Y estas personalidades sucesivas, que emergen las unas de las otras, suelen ofrecer entre sí los más raros y asombrosos contrastes.

martes, 26 de octubre de 2010

Recordando a Miguel Hernandez


Antes de que acabe el año en el que se celebra el centenario del nacimiento de Miguel Hernández me gustaría rendir un pequeño homenaje a este gran poeta que nos dio Orihuela. Nacido en el seno de una familia humilde compaginó sus horas de pastor en la sierra con sus estudios y su pasión por la lectura. Sus primeras composiciones se inspiraron de hecho en el entorno en el que vivió: la huerta, su patio, la montaña, las cabras, el pastoreo, el río, etc. Así empieza su viaje en el mundo de las letras que desafortunadamente por motivos por todos conocidos pero no del todo reconocidos tuvo un triste deselance. Se cumple aquí el tópico latino del Ubi sunt ? y del joven que muere antes de tiempo, antes de que se cumpla su hora, atrapado por un fatal destino.

Os dejo con unas palabras de Pablo Neruda in memoriam:

Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida tierra. No tenía Miguel la luz cenital del Sur como los poetas rectilíneos de Andalucía sino una luz de tierra, de mañana pedregosa, luz espesa de panal despertando. Con esta materia dura como el oro, viva como la sangre, trazó su poesía duradera. ¡Y éste fue el hombre que aquel momento de España desterró a la sombra! ¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su cárcel mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como ejemplo de corazón purísimo! ¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!


Termino con las Nanas de la Cebolla, sí, lo se, no soy nada original, pero es unos de los poemas que más me conmueven y con el que mi padre me hizo descubrir a este gran HOMBRE:

NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

3 comentarios:

lindamariquita dijo...

Tengo una edición tipo "obra completa" que es casi tan antigua como yo. Está amarilla, con los picos ajados, huele a césped, a arena, a biblioteca, a cocina y avión. Tiene dentro de ella un marcapáginas almidonado que yo me hice, y toda suerte de anotaciones. Se ha quedado con un poquito de mi historia de estudiante metida entre sus hojas. Es uno de mis libros favoritos, por mérito propio, claro está, pero también por haber pasado conmigo una eternidad. Y no comprendo cómo las Nanas de la Cebolla, la Elegía, Rosario dinamitera, El niño yuntero, y tantos sonetos, y tantos otros conservan todavía el brillo de la tinta que la hace legible. Me ha encantado encontrar por aquí este homenaje. Saludos

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...


AFECTUOSAMENTE
SALUDOS YOLA

ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.

José
Ramón...

Yol@e dijo...

Hola, muchas gracias por tu post, por su puesto que son de mi agrado tus poéticas palabras. Te sigo en tu blog.

Saludos